jueves, 7 de octubre de 2010

Deseos, deseos, añoranzas de un futuro. Estos tiempos son tan difíciles, el honor no vale, el verdadero honor. Los primates que aprendieron a traicionar olvidaron lo que era la nobleza, y con ello, la confianza, que es la herramienta clave de mis deseos. Los mayores peligros no están fuera, sino dentro de la sociedad.
He llegado a una época que no va con mis anhelos. Me molesta estar encadenado todo el tiempo, incapaz de hacer lo que quiero....
Yo quiero,
yo quiero,
yo quiero... yo quiero. bueno tampoco es como si supiera que es lo que quiero o que soy yo el que lo quiere. Esta claro que algo quiere, pero lo que se quiere depende de muchas maneras del "algo" que lo quiera y decir que soy yo el que lo hace es decir mucho... tendría que cuestionarme si el "yo" de "yo quiero" es efectivamente el mismo benevolente e ilustre yo de un comienzo. Seguramente el buen Friedrich se ríe burlonamente en este momento de mi.
Distintos deseos, distintas personas y ninguna tiene cabida en este sistema de organización. Quizá si no siguiera las reglas... o si consiguiera un lugar en donde no las haya... un teatro mágico como el del Sr. Haller... no, tampoco quiero tanto arbitrio, los juegos necesitan reglas para ser más divertidos, aunque ante la esclavitud a la que se nos ha sometido, quizá decida formar mias propias.
El Übermensch está aun lejos, y puede que no pase por este pueblo desolado, como también puede que lo estemos sobrestimando, después de todo, el hombre no es un ser muy difícil de superar.